Pilotos de la USAF se niegan a volar el F22 Raptor
Miér 27 Jun 2012, 23:38
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Dos pilotos de la USAF fueron entrevistados por el noticiero "60 minutes" de la cadena CBS, uno de los informativos más vistos en los Estados Unidos. Allí los pilotos explicaron que se niegan a volar el avión de combate más caro y sofisticado de la actualidad debido a los problemas físicos que sufren.
Dos pilotos de la USAF fueron entrevistados por el noticiero "60 minutes" de la cadena CBS, uno de los informativos más vistos en los Estados Unidos. Allí los pilotos explicaron que se niegan a volar el avión de combate más caro y sofisticado de la actualidad debido a los problemas físicos que sufren.
La emisión fue difundida el domingo 6 de mayo: el mayor Jeremy Gordon y el capitán Joshua Wilson, ambos pilotos de F-22 Raptor condecorados por la USAF, fueron entrevistados por una periodista del noticiero y en presencia de un congresal que, a pedido de los aviadores, debía garantizar que no perderían su trabajo, o algo peor. Los pilotos tienen miedo de volar el Raptor... y de sufrir algún tipo de castigo si no lo hacen.
Se trata de los pilotos de combate mejor preparados del mundo, cuya instrucción y adiestramiento es costosísima; en cuanto a la aeronave, es el avión de combate más sofisticado y oneroso de la actualidad. Un avión sin rivales, con tecnología stealth que lo hace invisible al radar, vuela a velocidad supersónica sin hacer uso de la postcombustión, cuenta con compartimientos internos de armas y los sistemas electrónicos más avanzados de hoy. Sin embargo, los pilotos no se sienten seguros al volarlo.
Los problemas en el F-22 salieron a la luz tras el accidente fatal del 16 de noviembre de 2010, cuando uno de su pilotos, el capitán Jeffrey Haney, murió en su Raptor durante un vuelo de adiestramiento, a unos 100 kilómetros de la Base Conjunta de Elmendorf-Richardson (Alaska). El avión se precipitó a tierra sin reacción de del piloto. La causa del accidente se estableció como hipoxia.
A partir de entoces se registraron, según el Air Combat Command, once casos de hipoxia en diversos grados, lo que determinó que el 5 de mayo del año pasado, toda la flota de Raptor fuera puesta en tierra. Durante cinco meses el Consejo Científico de la USAF realizó una exhaustiva revisión de todos los sistemas de protección de vida de la aeronave (aircraft's life support systems). Los investigadores estimaron inicialmente que podría tratarse de un mal funcionamiento del Sistema de Generación de Oxígeno A Bordo (OBOGS, por sus siglas en inglés), pero no se hallaba la causa. Sin embargo, el 21 de septiembre todas las unidades de F-22 Raptor volvieron a volar sin que se haya llegado a una solución. El Comando Aéreo comunicó entonces que había elaborado un plan que permitía a la flota de F-22 Raptor, reanudar -con ciertas limitaciones- sus operaciones aéreas. Mientras tanto el Consejo Científico de la USAF seguiría investigando y los pilotos volando. Al menos hasta ahora.
El domingo pasado el mayor Jeremy Gordon y el capitán Joshua Wilson se presentaron a la entrevista junto al congresista republicano Adam Kinzinger, que señaló: "El Congreso concedió protección a los denunciantes cuando tienen que expresar algo realmente grave (...) ya que el hecho de enrolarse en las Fuerzas Armadas no significa que se renuncie al derecho a la ciudadanía".
Durante la entrevista los pilotos expresaron que sus malestares físicos al volar el Raptor se prolongan durante horas después de haber aterrizado: "entre los pilotos de F-22 existe algo que denominamos Raptor's call: ataques de tos, y al acostarnos todo gira, una sensación de vértigo". Y en cuanto a las causas de esas perturbaciones señalaron: "existen dos teorías en este momento sobre el avión. Por un lado, que no estamos obteniendo la calidad y cantidad de oxígeno que necesitamos, y por otro lado que pueden haber contaminantes". Más adelante concluyen: "Puede haber amenazas enemigas, o problemas mecánicos a los que estamos entrenados para enfrentar. Pero esto es un problema bajo el cual uno no tiene ningún tipo de control."
El capitán Wilson fue específico en cuanto a los síntomas que padeció al volar el caza diseñado y fabricado por Lockheed Martin: "Varias veces durante el vuelo tuve que concentrarme, en realidad, tuve que hacer un enorme esfuerzo de concentración para realizar tareas simples y sencillas. Nuestro entrenamiento nos enseña que si usted sospecha que algo está pasando, se debe activar el oxígeno de emergencia y volver a casa. Cuando tomé esa decisión para tirar del anillo de oxígeno de emergencia, no pude encontrarlo. No podía recordar en qué parte de la aeronave se encontraba".
Los dos militares señalaron que muchos pilotos están preocupados y que están comprando seguros de vida adicionales. Otros, entre ellos Wilson y Gordon, se niegan a volar el avión hasta que no se hayan investigado las causas y resuelto el problema. Temen otro accidente faltal en cualquier momento. "Estamos esperando que suceda. Y si sucede, nadie se va a sorprender. Creo que es cuestión de tiempo", concluyó el capitán Wilson.
Fuente: Revista Aeroespacio
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